Manos rugosas, ancianas como la tierra, piel de tronco milenario.
No necesito más que música para soportar la soledad, pero no, no podreís hacerme mudar las hojas, soy un arbol perenne, ¿me ois? y todos esos simbolos fálicos, No son mas que flechas imposibles de poner en un arco-
Sois terriblemente presos de vuestra existencia.
Enloquecidos polluelos tras su madre.
Mamá ha muerto_ ¿lo oyes?_ ¡muerto!