Cuándo no tuve nada que perder, lo recibí todo.
Cuándo deje de ser quien era, me encontré a mi mísmo.
Cuándo conocí la humillación, y aún así, segúi caminando, entendí que era libre para escoger mi Destino.
Cuándo no tuve nada que perder, lo recibí todo.
Cuándo deje de ser quien era, me encontré a mi mísmo.
Cuándo conocí la humillación, y aún así, segúi caminando, entendí que era libre para escoger mi Destino.